sexta-feira, 18 de janeiro de 2013

Carta a la iglesia de Filadélfia

Introducción

Apocalipsis 3.7-13

El mensaje que queremos traer es para todos los pastores, porque las cartas a las iglesias de apocalipsis tienen como destinatarios a los ángeles de las iglesias, o sea, a los pastores. Sin embargo, puede ser aplicada a iglesia de manera general, pero no debemos olvidar que Jesús escribió para los pastores que están en las iglesias. Eran cartas personales de exhortación para los pastores que sirven a todos los pastores de este siglo.

Estamos delante de una carta escrita para el ángel de la iglesia en Filadelfia que no recibió ninguna reprensión de la parte de Dios.

Veamos que el Señor tiene para nosotros.

3.7 Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:

De pronto, Jesús empieza revelándose como Santo, Verdadero, poseedor de la llave de David y su autoridad sobre la llave.

Lo que más llama atención es la revelación de Él tener las llaves de David, con esto Jesús estaba transmitiendo seguridad para los judíos creyentes, que el pueblo judío tenía un Rey y ellos no estaban abandonados. Tener las llaves era símbolo de posesión. Los judíos creyentes tenían un Señor. Su autoridad era superior a cualquier otra en la faz de la tierra y su pueblo podría confiar en Él. Para los judíos creyentes traían paz y descanso porque lo que ellos estaban haciendo en la ciudad de Filadelfia tenía una confirmación de la parte de nuestro Señor Jesús. Cuando Jesús pone delante de nosotros una puerta abierta, podemos entrar por ella con toda a seguridad que no nos va hacer daño. Son oportunidades en la vida que muchos pastores pierden por tener miedo de enfrentar algo nuevo, y así sigue una vida de rutina sin cambiar nada y muchas veces está reclamando de Dios, olvidase que Él ha puesto una puerta abierta delante de él, pero no quiso entrar por miedo y así no goza de la plenitud de las bendiciones del Señor. Pastores sigan adelante con bastante seguridad que Dios cuando pone delante de nosotros una puerta abierta es para nuestra bendición y no ponga dificultades cuando Dios está nos dando oportunidades.

3.8 Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

El Señor Jesús como en todas las cartas empieza diciendo que conoce las obras del ángel de la iglesia. Nosotros pastores, debemos llevar en cuenta que nuestro Señor Jesús sabe todo lo que hacemos. Estaba exhortando al pastor de Filadelfia y también exhorta a nosotros que Él nos conoce. Debemos vivir una vida de honestidad y fidelidad delante de Dios porque lo que hacemos as oscuras, Él revelará al mediodía. Debemos tener cuidado de cómo estamos conduciendo el rebaño del Señor y su iglesia para no ser reprobados al final de todo. Él dice que ha puesto delante de nosotros una puerta abierta, esa puerta abierta es la iglesia del Señor que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. No debemos tener miedo de conducir el rebaño del Señor, los problemas vienen y luchas también, pero se Él nos ha colocado delante de esta puerta abierta, su iglesia, es porque estará siempre con nosotros y nos capacitará a cada momento oportuno de nuestra caminada.

Jesús sabe que tenemos poca fuerza para conducir su rebaño, aunque hay pastores que se consideran auto suficientes y no necesitan de otros, pero no debemos ser de estos que confían en carros y en caballos, somos de aquellos que confían en el nombre del Señor. Debemos reconocer nuestras debilidades, cada uno de nosotros tiene debilidades y que deben ser conocidas delante de Dios a través de nuestras bocas en oración. Cuando reconocemos nuestras debilidades Dios demuestra su poder y fuerza en nuestras vidas y su amor y misericordia nos llena y así vencemos todo el mal. Importante es que mismo con nuestras debilidades permanezcamos firmes en la presencia de Dios, porque el ángel de la iglesia de Filadelfia tenía poca fuerza, pero había guardado la palabra de Dios ni negado su santo nombre.

3.9 He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.

Como pastores debemos entender que en medio de la congregación siempre tendrá aquellos que se parecen nacidos de nuevo, pero no lo son. Y estos son aquellos que persiguen los pastores, culpa su administración, promueve discordia, chismes, peleas, dificultando la administración del ángel de la iglesia. Sin embargo, Dios está diciendo para los pastores, no se preocupen, en el tiempo oportuno Yo voy a revelar estos y serán avergonzados y todos sabrán que Yo estoy con los pastores de la iglesia, que los amo, y nadie debe alzar sus manos contra ellos.

No te preocupes pastores porque a su tiempo vendrá la victoria.

3.10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

Pastores, debemos guardar la palabra de Dios en nuestro corazón para no pecar contra Él como hizo David, porque Él nos librará de tribulaciones venideras y cuando muchos estarán llorando tú vas estar cantando el himno de la victoria.

3.11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.

No debemos dejar que nada en esta vida venga a quitar de nosotros lo que tenemos, en primer lugar, nuestra salvación, segundo las cosas que Dios nos ha puesto en nuestras manos para administrar como buenos despenseros de la casa de Dios. Nunca se olvide que un día daremos cuenta a Dios de todo lo que tenemos y somos.

3.12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.

La victoria es para aquellos que venciere, entonces, vamos luchar hasta el fin, puede estar fuerte, insoportable la lucha, pero la victoria es para quien venciere. A la victoria pastores en el nombre de Jesús!

Seremos como columnas en el templo de Dios, hoy somos débiles, mañana columnas, firmes y fuertes en la presencia de Dios.

3.13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Una vez más Jesús pide para que nosotros no rechacemos la palabra de Dios. No debe entrar en un oído y salir por el otro.

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