sexta-feira, 19 de outubro de 2012

El ciego que veía

Texto base: Marcos 10.46-52
Introducción

Miramos personas de éxito en la vida y quedamos tristes porque nuestras vidas no se cambian aunque todos los días trabajamos fuertemente.

Todavía, todos los días, Dios nos da oportunidad para vencer. Cuando estamos durmiendo, el Señor está trabajando para que tengamos un día bendecido y así prepara todo un ambiente. Abrimos nuestros ojos y podemos respirar saludablemente, el sol sale para calentar nuestro día y toda la naturaleza se prepara para darnos un buen día.

Sin embargo, termina el día, y usted si da cuenta que nada ha cambiado, más una vez regresamos para nuestra casa de la misma manera.

Más importante que pensar en salir de la situación es reconocer la causa verdadera que no déjanos avanzar.

Queremos hablar de la historia de Bartimeo, el ciego que todos los días salía a la calle para pedir limosna, año pos año, nada cambiaba en su vida, hasta que tuvo un encuentro con el Señor Jesús.

La gracia del Señor Jesucristo esta disponible para todos que la buscan de manera incondicional. Así como la gracia llegó a la vida de Bartimeo y ella le cambió radicalmente, también puede llegar a tu vida, pero debes saber lo quieres y dónde está el problema en tu vida que no te deja seguir adelante para que la gracia va hasta la raíz del problema.

Reconocer sus verdaderas necesidades

Jesús estaba a camino de Jerusalén, y una gran multitud iba con él para celebrar la pascua. En esta época todos los judíos tenían que venir a Jerusalén para la celebración. La ciudad estaba bulliciosa con tanta gente.

Una multitud le seguía, seguramente con problemas, pedidos, rogos, clamores, pero en medio a estas personas una de ellas se resaltó delante de Jesús – El Ciego Bartimeo.

Bartimeo era un ciego que siempre estaba en la calle necesitando de ayuda de terceros, no podría trabajar, su ceguera lo imposibilitaba de ganar su propio dinero. En momentos de fiestas, venia la esperanza de ganar un poco más por causa de la gran multitud que concurría a la ciudad. Pero, no era la solución de su problema, él sabia que mientras estaba ciego, su vida no cambiaria, este era su necesidad – la visión.

Salió de su casa para más un día de búsqueda por la misericordia de otras personas para poder comer, vestirse, etc. No sabia él que aquel día todo iba cambiar en su vida. Dios había marcado en su agenda un encuentro con Jesús, su hijo, y Jesús pasó justamente en la calle dónde estaba Bartimeo. ¡Te das cuenta de la providencia de Dios!

Bartimeo al saber que Jesús estaba pasando por allí y conociendo su historia, no pensó dos veces, comenzó a dar voces: ¡Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí! Cuando él levanta su voz, muchos lo reprende para que se calle, pero él no hacia caso de esto y continuaba a clamar.

Así es nuestra vida, cuando estamos en una situación delicada nada aparece para nos apoyar, ayudar, no, no recibimos ni visita en nuestra casa. Pero, cuando decidimos salir del escenario que estamos, vienen personas de todos los lados para meterse en nuestra vida, muchos ni conocemos.

Sin embargo, Jesús, el Dios omnipotente y omnipresente, esta a escucharnos y tiene compasión de nuestra situación y ya no puede seguir adelante porque un clamor llegó a sus oídos. La biblia dice que la oración eficaz de un justo puede mucho (Santiago 5.16).

Jesús manda llamar a Bartimeo y este arrojando su capa, se levantó y se fue hasta Él.

Jesús está a nos llamar, debemos atender a su llamado porque cuando él llama es porque tiene bendición para nuestra vida. Bartimeo arrojó la capa que era um símbolo de su vida miserable, pero la quitó, ahora estaba para encontrarse com Jesús. Este es tu momento de quitar las cosas que te marcan como una persona derrotada, sin fuerzas.

Jesús preguntó a Bartimeo: ¿Qué Quieres que te haga? Una pregunta profunda y abierta que puede tener inúmeras respuestas. Pero, para Bartimeo esta pregunta estaba fácil de contestar, aún que era ciego, todavía veía su verdadero problema, sabia que la causa de estar pidiendo limosna era por causa de su ceguera física.

Esta situación para Bartimeo no era confortable, no le gustaba esta en la calle pidiendo limosna. No tuvo duda cuanto a su pedido, yo quiero ver. Él sabia que con la visión podría salir de esta situación de miseria, toda su vida cambiaria con la visión. Bartimeo quería un cambio total en su vida, no quería de Jesús una limosna, quería la cura para sus problemas.

Usted no puede pedir limosna a aquel que todo puede, que es todopoderoso, sepa pedir porque él puede hacer grandes cosas en su vida. Permita que el Señor Jesús pueda tocar en el profundo de tu problema, es tiempo de renunciar esta vida y buscar tus sueños de una vida mejor.

Muchas veces, tus problemas tienen como raíz una vida que para ti puede ser buena, pero para Dios es una vida de pecado e necesitas cambiar. Tienes que dejar el pecado para que Jesús haga um cambio en tu vida.

Conclusión

Tienes que creer que Jesucristo puede todo en tu vida, que su gracia es para usted y que depende más de usted el cambio en tu vida. Se tu crees que Jesús tiene poder para eso, entonces, que estás esperando para dar voces como Bartimeo y correr a los pies del Señor para salvar tu vida.

Bartimeo tenía una ceguera física y veía espiritualmente. Hay muchos que tienen visión física, pero no tienen una visión espiritual.

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