Vimos que
es importante al hombre arrepentirse, todavía, ese arrepentimiento no es solo
de palabra sino de actitud. El cambio de las actitudes son la demonstración del
arrepentimiento, esto se llama frutos del arrepentimiento. Adelante vamos ver
cuáles son los frutos del arrepentimiento.
1 – El fruto nacen en el interior
Cuando
nosotros nos arrepentimos nuestro interior cambia y ya no podemos andar como
los gentiles que andan en la vanidad de su mente (Ef. 4.17,22-32). Antes de aceptar
a Jesucristo el interior del hombre era sucio, donde sus pensamientos y
intenciones eran: mentira, engaño, envidia, fornicación, avaricia, idolatría,
palabras deshonestas, adulterio, hechicerías, enemistades, celos, contiendas,
disensiones, pleitos, herejías, borracheras, orgías, homicidios. Pero, quien
tiene a Jesucristo en su corazón produce el fruto del Espíritu Santo que es
toda bondad, justicia y verdad. Filipenses 4.8,9 habla que nuestro pensamiento
debe estar en todo lo que es verdadero, todo lo que es honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre y todo esto hace
parte de lo interior, por tanto, si hay alguna virtud en esto pensad.
2 – El fruto tiene su apariencia exterior
El fruto
del arrepentimiento también se lo hace en el exterior porque si alguien no
conoce a Dios, sus vestimentas son para agradar uno a los otros. La moda viene
para esto. Pero Dios quiere que tengamos una vida de santidad que agrádele. En
el mundo vemos las mujeres con ropas que les dejan desnudas, sensuales
(lascivia), provocando a los hombres y esto es desagradable a Dios. Las mujeres
deben tener una conducta casta y respetuosa y que su atavío no sea el externo
de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el
interno, el del corazón, en el incorruptible ornado de un espíritu afable y
apacible, que es de grande estima delante de Dios (1 Pedro 3.2-4). Mirad lo que
dice 1 Pedro 2.11 que abstengamos de los deseos carnales que batallan contra el
alma.
Conclusión
Gálatas 5.22,23 dice que el
fruto del Espíritu Santo es amor, gozo,
paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales
cosas no hay ley. 1 Pedro 1.13-16 llámanos a vivir una vida de santidad porque
Dios es santo, entonces, vamos producir los frutos del Espíritu Santo en
nuestra vida para agradar a Dios.
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